- Estas de broma, ¿verdad? - le pregunte intentando no poner algo de esperanza en mi mirada. Sus ojos azules iridiscentes me evaluaron, mientras giraba para mirarme por encima de su hombro. Trato de tocarme, pero me aleje dando un paso atrás. El dolor surco su rostro, y no sabía si era por mi rechazo, o por la gran herida de su costado.
Los miles de demonios de primer nivel nos gruñían, oliendo nuestra carne, hambrientos, la orden estaba dada, y nosotros eramos el plato fuerte. Nada podía detenerles. Un escalofrió subió por mi espalda llegando hasta mi nuca, donde se quedo recordándome que era mi final.
Las cosas no debieron de haber salido así.
- Cuando te diga que corras, ¡ve, huye! - me repite nuevamente, y no se si repetir mi anterior respuesta o solo echarme a reír. Era obvio que no había lugar en el infierno donde pudiera esconderme, ni a donde correr. ¡Diablos, estábamos en el infierno!. El único lugar donde mi alquimia no funcionaba, el único lugar donde soy mortal. - ¡Rake!, ¿me escuchas? - me pregunta, como si pudiera dejar de escuchar su melodiosa voz.
- Si, pero no voy a correr - le digo, correspondiendo a su mirada cuestionadora. ¡Hombre! ya habíamos pasado por esto, y nada salio bien. Esta vez no iba a huir, porque ya no tenia nada que perder.
-Morirás....
- No me importa, ya me has quitado lo único que me ataba a la vida, ¿para que luchar?
-...Porque te amo - Y con esas palabras sello un beso en mi frente y se lanzo contra el millón de demonios, que gritaron de excitación, la comida iba directa a sus fauces.
Linda manera de pasar un cumpleaños.
Adiós Luka.
Social Widget